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Tizón Temprano de la Papa

(Alternaria solani)

DISCRIPCIÓN

El Tizón temprano de la papa es una enfermedad difundida en todas las zonas productores de la Argentina. A pesar de su nombre, generalmente se presenta en la etapa final del cultivo. Aparece avanzada la floración o durante la senescencia del cultivo.

Con condiciones climáticas favorables, produce pérdidas en rendimiento que están directamente relacionadas con el momento en que se presenta la enfermedad durante el cultivo. Los cultivos son susceptibles a la enfermedad durante todo el ciclo, especialmente desde la floración en adelante. Cuan ésta se presenta en plena tuberización, las pérdidas suelen ser importantes.

Teniendo en cuenta las condiciones climáticas de Argentina, se consideró al Tizón temprano como una enfermedad de aparición esporádica. En el sudeste bonaerense, la enfermedad se presenta prácticamente todos los años, con variada intensidad, debido probablemente a la gran amplitud de los momentos de plantación. Esto la ha convertido en una enfermedad clave del cultivo que potencialmente puede provocar importantes pérdidas.

SÍNTOMAS

Alternaria solani se origina en las hojas necróticas de color oscuro, más o menos redondeadas y claramente delimitadas por las nervaduras. Cuando se las observa de cerca, forman una serie de anillos concéntricos a modo de tiro al blanco. Las manchas son tanto más grandes cuanto más adulta sea la hoja en la que han aparecido. En las manchas de mayor diámetro, puede observarse el desarrollo de un halo amarillo que las circunda.

Esta es una enfermedad típica de la senescencia y comienza por las hojas inferiores (más viejas) de las plantas, generalmente a partir de la floración, y asciende en el perfil del cultivo en relación directa a las condiciones climáticas, aumentando en número y tamaño a medida que las plantas maduran. Con condiciones climáticas favorables, las manchas se unen hasta infectar totalmente las hojas, produciendo amarillamiento anticipado, intensa defoliación y provocando la muerte anticipada de la planta. Comparativamente con el Tizón tardío (Phytosphthora infestans), los ataques avanzan más lentamente, en condiciones de temperaturas muy elásticas (6ºC a 34ºC), mientras que, la humedad ambiente, reactiva permanentemente las infecciones en tejidos sanos. Por lo tanto, una vez establecida la enfermedad en el cultivo, solo temperaturas extremas afectan su crecimiento, ocasionando mayor dificultad para el control que el Tizón tardío.

A excepción de la reducción en el rendimiento del cultivo, rara vez causa daños de importancia en los tubérculos.

El patógeno sobrevive en los desechos de las plantas de una campaña a la otra, por lo tanto, la eliminación y/o descomposición del mismo, más la rotación de cultivos, ayuda a reducir la cantidad de inóculos del suelo pero no la previene de los cultivos vecinos.

El manejo de riego y la fertilidad que redundan en un mejor crecimiento y desarrollo del cultivo, indirectamente ayudarán a reducir la incidencia de la enfermedad ya que está fuertemente relacionada con el vigor y la maduración de las plantas.

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