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Las claves para que la soja arranque bien protegida

17.11.2021
Bayer CropScience tiene una amplia oferta de productos para el tratamiento de la semilla, tanto a campo como de manera profesional. En esta nota, María Laura Ramos, responsable de tratamiento de semillas en el equipo de Desarrollo de Mercado, los repasa en detalle.

Proteger a la semilla antes de que esta llegue a la línea de siembra es uno de los pilares en el cultivo de soja. Pero la protección de la semilla no comienza al momento de la siembra, sino que debe cuidarse desde las etapas finales del ciclo del cultivo, durante la cosecha (evitando dañar la semilla o cosechar en condiciones de humedad y temperatura elevadas), así como también cuidar las condiciones de almacenamiento.

“Lo que buscamos con el tratamiento de semillas es maximizar el coeficiente de logro, porque un productor quiere que todas las semillas que siembra se establezcan”, introduce María Laura Ramos, referente de SeedGrowth en Bayer CropScience.

Además de medir el número de plantas logradas, la homogeneidad en la emergencia, presencia de daños ocasionado por patógenos, etc., también se evalúan plantas a cosecha y, obviamente, la contribución que el tratamiento de semilla aporta en el rendimiento en granos en los distintos ambientes de producción.

En ese sentido, en esta última campaña en la zona templada, donde los rindes promedios estuvieron en torno a 3.500 kg/ha, se observaron diferencias significativas de hasta 800 kg/ha a favor en tratamientos profesionales con productos de Bayer, indicó Ramos.

Lograr una semilla de calidad y alto potencial productivo, requiere de una gran inversión por parte de los semilleros. Allí hay mucha tecnología incorporada. Sin embargo, en la Argentina todavía el 80% del tratamiento se realiza en el campo, en lugar de hacerse de manera profesional por equipos especializados, lo que supone varias desventajas.

Por eso, en el marco de las soluciones integrales que brinda para todo el ciclo del cultivo (control de malezas, enfermedades y plagas y herramientas digitales), Bayer CropScience propone una paleta muy atractiva para el tratamiento de semillas, tanto a campo como para el que quiera hacerlo de manera profesional o industrial.

En este último caso, las soluciones están disponibles a través de las redes de distribuidores Selecta e InnoBa, en las que distintos socios estratégicos aplican Acceleron, en diferentes formulaciones, a través de máquinas especializadas.

El tratamiento profesional garantiza la dosificación correcta tanto de los productos químicos como de los biológicos en cada semilla y, en consecuencia, la mayor eficacia y durabilidad de las tecnologías.

La aplicación de subdosis de químicos genera la selección de organismos resistentes en menor tiempo y dosis mayores a las recomendadas pueden producir toxicidad en la semilla.

En el caso que el productor decida realizar el tratamiento a campo, la red de distribuidores de Bayer está capacitada para recomendar los cuidados a tener en cuenta, desde la manipulación hasta el orden de aplicación de los productos.

El tratamiento de las semillas, ya sea profesional o a campo, permite además el control de patógenos que están en la semilla, o el de aquellos que se pueden desarrollar durante el almacenamiento posterior a la cosecha, como así también de los que se encuentran en el suelo

Ramos advierte que, sin una protección adecuada, la semilla puede ser un vehículo para trasladar patógenos desde un lote (donde se cosechó el grano) a otro donde no había presencia del patógeno.

“Además, con estos tratamientos evitamos la dispersión de patógenos presentes en la semilla o en el suelo a la plántula y mantenemos a las enfermedades que pueden desarrollarse por debajo de un umbral de daño económico”, destaca.

La especialista de Bayer menciona que siempre se recomienda al productor realizar análisis para conocer la calidad de la semilla, en particular si en la campaña no ha adquirido semilla certificada.

Uno de esos análisis es el de poder germinativo (PG), que define en el laboratorio cuántas semillas se espera que nazcan sanas y saludables. Lo aceptable es que el PG sea del 85% o superior. También cabe un análisis de “test frío” (TF) o Cold Test, por el que se somete a la semilla a condiciones de temperatura por debajo de las óptimas que pueden ocurrir en el suelo.

Otro es el test de tetrazolio, mediante este análisis la semilla se incuba en presencia de un colorante que evidencia el daño físico o fisiológico. Es importante conocer si la semilla a tratar está dañada, ya que los químicos ingresan más rápido a través de esa herida pudiendo ocasionar fitotoxicidad.