Según estimaciones de la ONU, la población mundial podría acercarse a los 10 mil millones de habitantes para el año 2050, cifra que obliga a naciones, organismos gubernamentales e industrias a trabajar con la meta común de garantizar la seguridad alimentaria en los cinco continentes. Una de las claves para alcanzar este objetivo es fomentar la práctica de una agricultura sustentable, capaz de cuidar la biodiversidad de los ecosistemas rurales y de producir más usando la misma cantidad de tierra.
El importante rol que cumplen las abejas y otros insectos polinizadores en el proceso de polinización de plantas y cultivos ayuda a tener una biodiversidad rica y saludable. Y es por esto que, en 2011, Bayer creó el Bee Care Program, una iniciativa cuyo objetivo principal es ayudar a los productores a incrementar la producción de alimentos mientras se cuida la salud, la seguridad y la diversidad de los polinizadores.
El programa cuenta con más de 30 proyectos científicos alrededor del mundo que buscan detectar oportunidades y soluciones para que los polinizadores se desarrollen naturalmente en su hábitat. Sus tres áreas principales son Feed a Bee, destinada a proteger el entorno en el que las abejas se alimentan y se reproducen, además de contribuir a aumentar la biodiversidad polinizadora; Healthy Hives, dedicada a investigar la apicultura y a encontrar soluciones para combatir pestes y patógenos; y Sustainable Agriculture, cuyo fin es promover el uso responsable de productos para la protección de cultivos y, de esta forma, cuidar las comunidades de polinizadores en sectores rurales.
Los productos utilizados en el sector agropecuario para la protección de cultivos se encuentran entre los bienes más fuertemente regulados en cualquier industria. Requieren de extensas pruebas de seguridad medioambientales para demostrar que no representan un riesgo para humanos, animales y plantas. Utilizados de forma correcta y responsable no tienen ningún efecto negativo, tanto para la biodiversidad en general como para los polinizadores en particular.
Insectos que ayudan
¿Por qué son tan importantes los polinizadores para cuidar la biodiversidad? Las plantas son organismos estáticos y, por lo tanto, para reproducirse deben autopolinizarse o usar un vector externo para transportar sus gametos masculinos de una flor a otra. Si bien el viento y el agua pueden transportar polen, cerca del 87,5% de todas las especies de plantas son polinizadas con la ayuda de animales (murciélagos y algunos marsupiales) e insectos de diferentes formas y tamaños. Entre los insectos, las abejas son las que cumplen esta función con mayor eficiencia y, por eso, muchas veces son catalogadas de “trabajadoras rurales”.
Algunas cifras sirven para comprender la dimensión que tiene este tema para la industria productora de alimentos. Un tercio de los alimentos aptos para el consumo humano, incluidas frutas, verduras y frutos secos, dependen en algún punto de la polinización a través de insectos. Se estima que el valor económico total a nivel global que genera la polinización de insectos es de 150 mil millones de euros por año. El polen de abejas es más rico en proteínas que cualquier otra fuente animal, ya que contiene más aminoácidos que la carne vacuna, los huevos o el queso de igual peso.
Teniendo en cuenta estos datos es fácil afirmar por qué los proyectos como Bee Care Program de Bayer son tan relevantes, en donde el trabajo colaborativo entre todas las partes involucradas ayuda a cuidar la biodiversidad a través de la investigación y la tecnología. Cada uno de nosotros también puede contribuir con esta causa realizando pequeñas acciones, como sembrar plantas ricas en néctar y polen en el jardín, practicar la apicultura urbana o concientizar a los demás acerca del cercano vínculo entre los polinizadores y una biodiversidad saludable.